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Aunque el envejecimiento se ha asociado con deterioro, disminución, involución, enfermedades neurodegenerativas y muerte, esto no es así, como lo demuestra, en la actualidad, la existencia de numerosas personas que han alcanzado una edad muy avanzada con una gran capacidad verbal, artística, intelectual, etc., y que, al mismo tiempo, gozan de una aceptable salud física y mental.

El envejecimiento patológico se puede prevenir y, por tanto, se pueden conservar las capacidades cognitivas, artísticas, creativas, hasta el mismo límite de la muerte. En la actualidad, el envejecimiento patológico se asocia con una “disminución” de las relaciones sociales y afectivas, estado de ánimo depresivo, dificultades en la realización de las actividades de la vida diaria, alteraciones del sistema músculo-esquelético, soledad y disfunciones cognitivas.

Este modelo se relaciona con las viejas ideas que se mantienen sobre la vejez; de ahí que muchas personas tengan miedo a hacerse mayores, ante la existencia de la idea, bastante arraigada, de que envejecer significa el acercamiento progresivo y definitivo hacia la muerte.

Tales personas, atrapadas en estas ideas destructivas y peligrosas, se ven conducidas a ese camino de envejecimiento patológico, que perjudica su salud y bienestar. Hemos de reconocer, aunque nos cueste aceptarlo, que la velocidad con que transcurre la vida y la preocupación excesiva por el futuro están empobreciendo nuestra vida presente, no viviéndola y no aprendiendo de ella.

¿Cómo se afronta el envejecimiento en la sociedad actual?

En palabras de Goethe, “lo más importante que el hombre puede hacer es,…. vivir”, por lo tanto éste debiera ser el axioma principal para lograr que el envejecimiento -que forma parte de nosotros mismos- sea una auténtica fuente de satisfacción y superación personal.

Una persona con pensamientos positivos posee el mejor remedio para hacer frente al envejecimiento patológico. Por ello, se puede afirmar que una actitud positiva ante la vida proporciona mayor felicidad que el propio estado de salud.

También, se suele decir que la “felicidad de cada persona depende de la calidad de sus pensamientos”. Las emociones positivas protegen contra las enfermedades y conducen a un mejor estado de salud. La actitud positiva ante la vida genera una ola de optimismo, que nos inunda de felicidad y potencia nuestra salud y la calidad de vida.

En definitiva, un pensamiento positivo hace que todo nuestro alrededor sea menos dramático y nuestra visión de las cosas sea más tolerante, más alegre. Pensar mejor, para vivir mejor.

MANTENER VIVO EL DESEO DE APRENDER

Aprender es ilusión, fuerza renovadora, creatividad, refuerzo del concepto de uno mismo, sentirse comprometido con la vida y desarrollar proyectos que dan sentido a nuestra existencia. En definitiva, es estar cambiando, modificando, reorganizando, descubriendo cosas, dentro de nosotros, en pro de un mejor vivir, favorecedor de la salud física y el bienestar psicológico.

Por tanto, el reto está en no dejar nunca de aprender

VIVIR ACTIVAMENTE, SIN EXCLUIRSE DE NADA NI DE NADIE

El envejecimiento activo es un factor determinante para mantener la independencia, la autonomía, la seguridad, la capacidad de decisión, de pensar, de actuar y de autoestima, y, a la vez, es fundamental para garantizar la dignidad de la persona. Ese es el motivo por el que la Organización Mundial de la Salud está insistiendo, continuamente, en la necesidad de trabajar para lograr una vida en la que la persona mayor mantenga el máximo nivel de actividad mental, física y social, con el fin de mejorar la calidad de vida.

Por ello, es esencial una implicación continua de las personas mayores en actividades sociales, culturales, económicas y cívicas. De esta forma, se pueden evitar, en muchas personas mayores la “muerte social”, es decir, personas que se han autoexcluido de la vida cultural, laboral y social, y la “soledad perniciosa”.

Vivir activamente, asumir las riendas de su día a día y actuar con responsabilidad en pro de su salud, bienestar y felicidad.

EJERCICIO FÍSICO

Otro reto que tienen que afrontar las personas mayores, para lograr un envejecimiento saludable y feliz, es vencer la pereza, que constituye un virus muy importante en ellas, ya que bloquea el envejecimiento activo.

El sedentarismo  ha ido aumentando, progresiva y peligrosamente. El hecho es que, cada vez, se realiza menos ejercicio físico; de ahí, la indicación médica y terapéutica de caminar y movilizarse para mantener una buena flexo-extension. El cuerpo duro envejece mas rapido

Y lo cierto es que siempre podemos hacer algo de actividad física, que redundará, como se ha demostrado científicamente, en nuestra salud y bienestar.

Los efectos terapéuticos del ejercicio físico (caminar alegre, ciclismo placentero, yoga, nadar, aerobic, limpieza de hogar, cortar césped, pintar, etc.) son, entre otros, los siguientes:

  • Modera los dolores articulares, frena la atrofia muscular, la osteoporosis y la pérdida de masa muscular, disminuye la fatiga, facilita la elasticidad pulmonar, aumenta la capacidad ventilatoria, tiene muchos beneficios a nivel cardiovascular y en el sistema metabólico, mejora la circulación, normaliza la presión arterial, mantiene a raya los niveles de colesterol – eleva el HDL o colesterol bueno, reduce los niveles de LDL o colesterol malo -, disminuyendo el riesgo de enfermedad cardiaca  y vascular.
  • Además, el ejercicio físico llena al organismo de energía y ayuda a expulsar las toxinas, incrementa la oxigenación de la sangre, favorece el retorno venoso, aumenta la oxigenación cerebral y la oxigenación de todos los órganos, mejora la funcionalidad de las células inmunitarias, mejora la función de áreas cerebrales, comprometidas en la capacidad de memoria, abstracción, razonamiento, juicio y ejecución, aumenta los niveles de endorfinas, que son las hormonas de la felicidad, y, por tanto, aumenta la sensación de placer, equilibrio y bienestar físico y mental.

El paso de los años es igual para todos. Continuamente estamos envejeciendo, pero la vejez es vida, es decir, actividad y participación en tareas que han de ser valoradas socialmente, sentimiento de mantenerse ocupado  y de ser útil.

Esta nueva forma de “envejecimiento activo” disminuye, significativamente, las tasas de morbilidad y mortalidad.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es necesario cambiar los estereotipos ligados a una concepción anacrónica de las personas mayores, como “viejos, pobres y enfermos”, poniendo en valor la idea del envejecimiento, como “conquista de la humanidad”, que debe ser celebrada.

Fuentes: Organización Panamericana de la Salud | Asociación Nacional de Psicología Evolutiva y Educativa de la Infancia, Adolescencia y Mayores España